Información valiosa para pacientes
¿Cómo afecta la diabetes a los ojos?

México es un país con muchísima diabetes. En diversos censos, se calcula que alrededor de 10% de la población padece de esta enfermedad. Desafortunadamente, todos estamos acostumbrados a ver personas en tratamiento por alta glucosa, y también a ver los resultados de las terribles complicaciones que aparecen con los años de padecerlos, muchas veces en familiares cercanos.

Desgraciadamente, ningún sistema dentro del cuerpo es inmune al daño por exceso de azúcar en la sangre. Como bien hemos visto, afecta los nervios, el sistema inmune, la piel, el sistema gastrointestinal, el hígado, los riñones, el corazón, los pulmones, y por supuesto, los ojos.

Las complicaciones oculares de la diabetes son la primera causa de ceguera en la población de 20 a 50 años, es decir, la población económicamente activa en México. Por lo tanto, es importante entender el proceso detrás del daño, porque de esa forma es más fácil apegarse al tratamiento, y prevenir la pérdida permanente de la visión.

Lo más importante a visualizar es que la diabetes afecta todas las estructuras del cuerpo porque es una enfermedad de los vasos sanguíneos. Son esas pequeñas mangueras que llevan sangre con exceso de azúcar a todo el cuerpo las responsables de todos los daños acumulados. La razón es que la glucosa es una sustancia que oxida, y cuando está presente en exceso, las paredes internas de los vasos sanguíneos comienzan a sufrir problemas derivados de esta oxidación. Primero los vasos pequeños, llamados capilares, y poco a poco los más grandes, llamados arteriolas, y por último las arterias más grandes.

La retina, localizada en las paredes internas del ojo, es un tejido que utiliza mucho oxígeno para convertir la luz a estímulos que el cerebro pueda leer. Todo el tiempo que estamos despiertos, trabaja sin parar, y eso conlleva a que su gasto de oxígeno y nutrientes sea muy alto. Y por ende, que tenga muchos vasos sanguíneos, de todos los tamaños (imagen 1).

La abundancia de estos vasos sanguíneos explica por qué la retina es tan sensible a la diabetes, y efectivamente, lo que sucede en el resto del cuerpo cuando el azúcar no está controlada es lo que observados cuando dilatamos la pupila y vemos la retina directamente en el consultorio. 

El primer signo de daño por diabetes es la aparición de pequeñas dilataciones en los capilares más delgados, que se comienzan a ver como globitos inflados de sangre, y les llamamos microaneurismas. Posteriormente, vasos más grandes empiezan a afectarse y a desarrollar fugas, lo que hace que la retina se llene de líquido y se inflame. Si la enfermedad no se controla, partes de la retina comienzan a infartarse (a quedarse sin oxígeno) porque ya no hay manera de hacérselo llegar (Imagen 2). 

Cuando muchas partes de la retina comienzan a quedarse sin oxígeno, se produce una sustancia que le “solicita al resto del cuerpo” la construcción de nuevas estructuras vasculares para saciar esa necesidad de nutrientes. El cuerpo actúa en consecuencia, desarrollando nuevos capilares y nuevas arteriolas tratando de compensar. Sin embargo, estos nuevos vasos son frágiles y a menudo se rompen, causando hemorragias. Esta es la razón por la que los pacientes con diabetes avanzada tienen sangrados recurrentes que les hacen perder la visión de forma súbita. 

Además, estos “neovasos” (nuevos vasos), van creciendo con una membrana de células a su alrededor que suele contraerse con el tiempo, como una cicatriz, y causan que la retina se despegue de su lugar (que se desprenda), lo que resulta en una disminución de su función, y por lo tanto, de la visión (Imagen 3). 

Lo mencionado en estas líneas son las causas de la pérdida de la visión en la diabetes, también conocida como retinopatía diabética (enfermedad de la retina por diabetes, en lenguaje médico). El artículo subsecuente abordará las estrategias de tratamiento en cada uno de los niveles del daño, pero les dejo un adelanto: Lo más importante, por mucho, en el tratamiento de la retinopatía diabética, es el control de los niveles de glucosa en la sangre.

 

Muchas gracias por su atención.

 

Dr. Víctor Flores.