Información valiosa para pacientes
Doctor, los ojos me arden o me lloran todo el tiempo, ¿Qué puedo hacer?

El síndrome de ojo seco es sin duda una de las razones más frecuentes para acudir a un profesional de la salud ocular. Las manifestaciones de este problema son muy variadas y comunes, y  suelen ser muy frustrantes para aquellos que las sufren.

Empecemos por el principio. 

El ojo se encuentra en la superficie del cuerpo, y para funcionar adecuadamente, debe siempre estar lubricado. Esta humectación viene en forma de una película de líquido muy delgada, que es esparcida por los párpados cada vez que se cierran y se abren, como un limpiaparabrisas en el automóvil. 

Esta delgada película está a su vez conformada por 3 partes, como un sandwich (véase imagen). La parte más interna, que da hacia el globo ocular, se forma en la conjuntiva (o la “piel” del ojo), y es en gran parte material mucoso. La parte central de la película lagrimal, es agua, secretada por la glándula lagrimal. Y la parte externa de este sandwich, es un poco de aceite generado por los párpados, y sirve para prevenir la evaporación rápida del agua. 

Las 3 partes de la lágrima, y el parpadeo, deben funcionar adecuadamente para mantener la superficie humectada todo el tiempo.

Desafortunadamente, en muchas ocasiones esto no sucede. 

Por múltiples causas, que serán presentadas gradualmente en entradas futuras, la lágrima o sus mecanismos de esparcimiento pueden fallar, y como resultado, la superficie del ojo comienza a secarse, y a inflamarse (irritarse).

En esta superficie hay muchos nervios, y son muy sensibles a la irritación. Esto genera ardor, ojo rojo y en muchas ocasiones, secreción exagerada de agua por la glándula lagrimal, intentando compensar la resequedad. Cuando ese mecanismo de compensación sobrepasa cierto umbral, el agua se “derrama” hacia los pómulos, y la persona siente el famoso lagrimeo.

Sin embargo, si la causa de esa falta inicial de humectación es una falla en algún otro componente de la película lagrimal, la secreción exagerada de agua no suele solucionar el problema.

Lo más importante en el tratamiento del síndrome de ojo seco es identificar correctamente la causa, para de esa forma, solucionarla de raíz.

Por lo general, sin embargo, tener los ojos secos es como tener la piel seca, y el análogo a ponerse crema humectante en las manos, es lubricar los ojos con lágrimas artificiales. Casi todos los pacientes con ojo seco deberán tener un bote de gotas lubricantes y aplicarlas varias veces al día.

Por otro lado, una examinación ocular en el consultorio nos orientará respecto a cuál capa de la película lagrimal es la deficiente, y de esa manera establecer la terapia específica, tanto en dirección como en intensidad.

Si bien es cierto que la mayoría de los pacientes con ojos secos tienen molestias visuales muy leves (en otras palabras, no tienen visión borrosa), el compromiso a la calidad de vida dada la experiencia de dolor, irritación, enrojecimiento, o lagrimeo, es suficiente para tomarse el caso muy en serio y elaborar estrategias orientadas a reducir las molestias desde el  primer día.

Estaremos analizando próximamente las causas específicas de disfunción lagrimal y aportando consejos para disminuirlas desde casa.

Muchas gracias por su atención.

Dr. Víctor Flores.

 

Imagen 1: Estructuras involucradas en la producción lagrimal

 (Cortesía del Instituto Nacional de Salud)