Información valiosa para pacientes
Doctor, mi hijo tiene queratocono… Y ¿Ahora qué?

Sin duda uno de los escenarios más tensos de la práctica oftalmológica. Lo más común es que en alguna prueba de rutina, donde la visión no llegó a 20/20 (100%)  ni con lentes, un profesional de la salud le informe a un preocupado padre que su hijo o hija podría tener queratocono, y que una consulta con un oftalmólogo que sepa del tema es el paso recomendado.

El queratocono es una enfermedad de la parte de adelante del ojo, la cubierta externa que se llama córnea (Imagen 1). Esta córnea es un lente transparente por donde pasa la luz en su camino a la retina. Como todo lente, tiene cierto poder, y en este caso, enfoca la luz a cierta distancia, como una lupa. Para que un lente enfoque la luz apropiadamente, su superficie debe ser regular, y lisa. 

La córnea está hecha de un tejido llamado colágeno, organizado de una forma muy uniforme, y sin agua, lo que resulta en su transparencia. En condiciones ideales, tiene la forma de una pelota partida a la mitad, la mitad de una esfera. 

En algunas personas, típicamente jóvenes, con alergias, que se tallan los ojos o les da mucho el sol (aunque puede ser también en ausencia de estos factores de riesgo), sucede que la córnea se inflama durante períodos extensos y este colágeno comienza a cambiar, a deformarse. Después de un tiempo, la superficie se torna irregular, como si le saliera un “chipote”.  Si no se corrigen las causas de este debilitamiento, el chipote crece y crece, creando un abultamiento en la superficie de la lupa, e impidiendo que concentre la luz de forma apropiada. A esto se le llama queratocono, precisamente porque la córnea comienza a verse como un cono (Imagen 2).

El paciente percibe esto como visión borrosa, y al principio del proceso, un simple par de lentes es suficiente para compensar, por lo que el queratocono suele pasar inadvertido. No es hasta que este abultamiento es tan grande para no poder ser corregido con lentes, que las personas acuden a consulta. 

En este punto, mi respuesta para el padre preocupado es que lo más importante es saber que la causa de la baja visión realmente es queratocono, y no otra de las múltiples condiciones que afectan al ojo. Para quitarnos de dudas, tomamos una fotografía tridimensional de la córnea con una cámara especial (“Topografía corneal»), que la representa como una montaña y nos permite ver adecuadamente si tiene un abultamiento típico (Imagen 3).

Si este fuera el caso, lo siguiente a realizar es eliminar todos los factores que han ayudado a que la condición empeore, controlar con tratamiento médico las alergias e inflamaciones oculares, y evitar a toda costa el tallado de ojos. 

El queratocono tiene una característica muy importante, que es el hecho de detenerse a cierta edad. Es un padecimiento de jóvenes, que en la edad adulta suele estabilizarse de manera permanente. Cuando veo a una persona con queratocono, no puedo saber si ya llegó a esa cierta edad, o va a seguir empeorando. Si tengo por ejemplo, un mapa de la córnea que se hizo hace un año, y le tomo otro hoy, y al comparar observo que no hay diferencias, puedo concluir que no estoy frente a un queratocono progresivo. Ese es el mejor de los casos. No hay necesidad de nada, excepto de vigilar cada cierto tiempo y seguir corroborando la estabilidad.

En caso de ser la primera vez que veo al paciente, lo recomendado es esperar un tiempo corto antes de tomar otra foto para comparar, y no hacer cirugía de forma inmediata.

Si por el contrario, tengo evidencia de progresión, ya sea porque un mapa nuevo lo verifica, o porque el paciente nota pérdida visual obvia en los últimos meses, entonces la acción quirúrgica se lleva a cabo lo más pronto posible. La cirugía para queratocono, llamada entrecruzamiento de colágeno, o cross-linking en inglés, utiliza una combinación de vitamina B + luz ultravioleta para reforzar el colágeno corneal y detener el avance de la enfermedad. En entradas posteriores les contaré los detalles del procedimiento.

Cuando vemos un paciente con un queratocono tan grande que la córnea ya desarrolló cicatrices o que ya no se puede compensar de ninguna otra manera, el único tratamiento posible para recuperar la visión es el trasplante corneal, con todo lo que esa intervención implica en términos de costos y cuidados de recuperación. Es por eso que el diagnóstico temprano es tan importante, en los estadios donde una cirugía de media hora y un par de lentes pueden ser suficientes para solucionar el problema.

Espero que esta información sea de su ayuda, gracias por su atención. Si tienen preguntas, háganmelas llegar por cualquiera de nuestros canales con toda confianza.

 

Dr. Víctor Flores.