Información valiosa para pacientes
¿Qué son las carnosidades?

La carnosidad en el ojo, llamada formalmente pterigión, es el crecimiento anormal de la conjuntiva hacia la córnea. Expliquemos.

La pared blanca del ojo, en su superficie frontal, está cubierta por un tejido transparente, análogo a la piel, llamado conjuntiva. De forma natural, la conjuntiva se ancla en las orillas de la córnea, en toda su circunferencia. 

En algunas personas, usualmente con exposición prolongada al sol, la conjuntiva degenera, cambia, y comienza a invadir la mitad interna (del lado de la nariz) de la córnea. Esa invasión se llama pterigión, y comúnmente se conoce como carnosidad. 

Las carnosidades avanzan con el tiempo, se meten más y más hacia la córnea, y llevan con ellas una cicatriz alrededor. Según cuánto terreno hayan invadido, se clasifican en grado I, II, III, o IV (Imagen 1). Al principio, las consecuencias de este crecimiento anormal son únicamente estéticas, pero conforme progresan, promueven síntomas de inflamación en la superficie del ojo, como enrojecimiento, resequedad, sensación de cuerpo extraño, o lagrimeo. Si crecen lo suficiente, pueden también bloquear la entrada de luz hacia el interior del ojo, nublando la visión.

El tratamiento para controlar el crecimiento de un pterigión suele ser primero que nada disminuir la exposición directa al sol por medio de lentes oscuros. La lubricación y a veces gotas antiinflamatorias tienen un papel importante. 

Para deshacerse definitivamente del problema, la única salida es la cirugía, que implica removerlo físicamente y tallar la córnea para tratar de quitar la cicatriz. Si este procedimiento se hace temprano en el curso del crecimiento, suele ser resolutivo en más del 95% de las ocasiones. 

Sin embargo, en muchos pacientes, sobre todo cuando no se evita la exposición al sol, las carnosidades vuelven después de la cirugía. A esto le llamamos recurrencia. 

La mejor manera de evitar una recurrencia de la carnosidad, es sustituyéndola por algún tipo de injerto, usualmente poniendo conjuntiva sana de otro sector, en el lugar donde estaba el pterigión. También en ocasiones ponemos otro tipo de tejido, como membranas amnióticas. Con esta técnica, las recurrencias se vuelven muy muy raras. Imagen 2

La cirugía para remover el pterigión es muy segura, puesto que no es necesario entrar al ojo, y todo sucede en la superficie. Los mayores problemas suelen ser relacionados a incomodidad en los días posteriores al procedimiento, y muy rara vez, que la carnosidad vuelva a crecer.  Se recomienda remover las carnosidades antes de que afecten la visión, puesto que una vez sucedido esto, la recuperación no suele ser al 100%.

Espero que la información sea de su ayuda.

 

Dr. Víctor Flores

 

Imagen 1-pterigión grado IV que invade el área pupilar. Cortesía de José Miguel Varas MD.

Imagen 2- Cirugía de pterigión con autoinjerto conjuntival. Cortesía de community eyehealth.